1 feb 2009

EL LENGUAJE DEL ESPACIO



ENJAMBRES

Observar una bandada de pájaros o un gran banco de peces tiene algo mágico, los individuos se diluyen formando un enjambre que oscila incesantemente. ¿Cómo son posibles esos movimientos sin un director de orquesta que los guíe? .

Todo surge de un movimiento autoorganizado. La existencia de una forma mayor (bandada, banco o enjambre) es la consecuencia de la interacción de cada individuo con sus congéneres más próximos, en ningún momento hay una consciencia propia de grupo.



MIRALLES - CHEMNITZ




El 21 de Enero del año 2000 Mansilla y Tuñón conversaron con Enric Miralles, y éste les explica:

En Chemnitz se hace una analogía entre el movimiento de la gente y el peinado…El peine funciona muy bien para organizar gente, es como arar un campo, lo que pasa es que en este caso, cuando hay un número tan grande de personas, las separas y las juntas como harías con cualquier fluido, la gente es el material de trabajo.

En la descripción del proyecto que se pública en “el croquis” nº100/101 se puede leer:


…50.000 personas llegando, congregándose y marchándose, conforman por sí mismos el propio lugar…
…la forma del lugar surge inesperadamente…



FÍSICA DEL MOVIMIENTO COLECTIVO



Después de leer el libro de Philip Ball: Masa crítica,( en especial su capítulo número VI), resonó en mi cabeza la frase: “la gente es el material de trabajo”.

La arquitectura suele tener como receptora a la gente, y en particular se supone a una persona ávida por recibir sensaciones, luz, armonía, espacio, proporciones, sonoridad, etc… Pero que pasa cuando los espacios se vuelven colectivos, Aeropuertos, Estaciones, Estadios, etc…¿Se puede proyectar pensando en el individuo?

Los científicos Helbing y Molnár, han desarrollado un modelo matemático de peatones basado en la física de fluidos y la física estadística. Como en la física de partículas, entre las partículas se ejercen fuerzas de repulsión. ( deseo de eliminar colisiones o roces entre las personas ). Dichos modelos nos permiten establecer pautas colectivas de autoorganización. Por ejemplo en una calle estrecha la gente se organizará en direcciones opuestas para minimizar las colisiones. También nos permite comprender las aglomeraciones en la salida de un concierto, como mejorar las entradas a los edificios o entender como surgen los caminos peatonales que cruzan los parques y que claramente violan los caminos diseñados por los arquitectos ( con tendencia al ángulo recto)




Todo ello establece un cuerpo teoríco que raramente se encuentra en las escuelas de arquitectura, ni en los diseños para grandes aforos. Como explicaba Miralles, quizás hay que dejar de imaginarse el espacio y empezar a entender que la gente forma el propio espacio, simplemente hay que aprender a encauzar los fluidos de forma correcta sin entorpecerlos, formar lagos, marismas, meandros…

Con ello no quiero abrir las puertas a una arquitectura determinista aplicada a unas leyes físicas, dónde la estética quede apartada en detrimento de la funcionalidad, si no al contrario, encontrar la estética y la funcionalidad de este nuevo espacio.