26 feb 2011

entre pliegues

Este recopilatorio de textos es el borrador del último número de engawa 04: Una silla que escucha.


1.- El kimono y el cuerpo de sou Fujimoto


Ropa occidental y Kimono

“En Europa, la ropa se hace tridimensionalmente para adaptarse al cuerpo humano. Por el contrario, los kimonos japoneses son básicamente planos. Cuando alguien lleva un Kimono, se suscita una forma de interacción entre esa superficie plana y el cuerpo tridimensional. Además, el cuerpo humano es dinámico. Con cada movimiento corporal se reajusta continuamente la interacción entre tejido y cuerpo en formas secuenciales. Los kimonos japoneses no siguen el contorno del cuerpo humano, sino más bien trazan los múltiples movimientos del ser humano. O dicho de otro modo, diseñan el aire alrededor de un cuerpo; diseñan la interacción entre un cuerpo y su kimono(…)”


2.- Casita para un Kolonihaven Enric Miralles y Benedetta Tagliabue
De la entrevista del croquis nº 100/101 Apuntes de una conversación informal [con Enric Miralles]:




“Lo primero que pensamos fue en un lugar para recoger el paso del tiempo. Uno de esos anuarios donde los días del año son como una serie de cajones. Son sitios muy ligados al paso personal del tiempo. La primera idea fue esa… Y lo que hicimos fue jugar entre la casa, que es casi un vestido, que permite recoger algunos de los movimientos de una persona mayor y también los de un niño, pero es un sitio donde el padre no podría entrar.”
"… La casa se construye en torno a estos movimientos familiares del tiempo que pasa: mobiliario envolvente, movimiento y tiempo"


3.- Un pabellón de te y el tiempo: el libro del te de Kakuzo Okakura 1862 – 1913





“El pabellón de té – en japonés sukiya – no pretende ser otra cosa que un chamizo o habitáculo de agricultor. Una barraca de paja. Sukiya: casa del Vacío, casa de lo Asimétrico, casa de la Fantasía. No es si no una construcción efímera, erigida para servir de asilo a un impulso poético.”


4.- Apuntes

La racionalidad ha hecho que nuestros propios edificios estén prehabitados. El tiempo en ellos viene determinado por su uso y su estudio ergonómico de cada pieza. Una especie de ecuación de solución única. Nuestros espacios ya contienen el tiempo antes de que nosotros lo ocupemos, tan sólo podremos rascar la superficie, marcar las paredes, pues los actos ya están fijados.

Miralles en sus plantas, como un pintor cubista, estudia todos los posibles movimientos o usos, las plantas se deforman a ellos, se retuercen. Los muros recogen los golpes fortuitos de la vida y de algún modo los suspenden en el tiempo. Las casas de Miralles está habitada en todas direcciones, salvajemente….

En las casa japonesas el tiempo tan solo aparece con la persona que lo habita. El japonés clásico vive en el suelo, éste es el mueble de la casa. No hay por tanto movimientos definidos, si no tan sólo un vacío que se llena y se vacía, como una respiración. En este espacio todos los movimientos se superponen, dormir, comer, charlar, un invitado, una nube de acontecimientos habita el espacio y lo deja sin esfuerzo. Un día la casa se caerá. Y construirán otra.

14 feb 2011